El poder hoy

El kirchnerismo y la cortina de humo

La discusión por la ley de Medios, que es planteada por el Gobierno nacional como una guerra a todo o nada, está actuando como una suerte de cortina de humo. Y posibilita que el debate, y la toma de decisiones, sobre los grandes problemas que aqueja
La discusión por la ley de Medios, que es planteada por el Gobierno nacional como una guerra a todo o nada, está actuando como una suerte de cortina de humo. Y posibilita que el debate, y la toma de decisiones, sobre los grandes problemas que aqueja

LA PLATA, Septiembre 20.-Lo más preocupante es que tampoco figura entre las preocupaciones de la oposición, que se ha enfrascado inútilmente en una disputa que tiene un final cantado: el kirchnerismo tiene los votos necesarios para que la iniciativa sea convertida en ley en los primeros días de octubre.

 

En las páginas de este diario, hemos reiterado en varias oportunidades que se debe modificar la ley de Radiodifusión vigente, que allanó el camino para la monopolización del manejo de la información, previo consentimiento de los poderes políticos de turno, incluida la administración K. Cabe destacar que, durante seis años, el kirchnerismo y el Grupo Clarín mantuvieron relaciones carnales, que se tradujeron en acuerdos y millonarios negocios. En otras palabras, la pelea entre ambos bandos parece ser la razón de fondo de la nueva ley de Medios.

 

Pero el problema es el criterio de prioridades que tiene gran parte de la clase política, en un contexto marcado por las dificultades económicas y por un preocupante crecimiento de la pobreza.

 

Así, mientras oficialistas y opositores discutían en torno a la ley de Medios que ingresó al Senado, el viernes se conoció un dato ineludible del impacto que está teniendo la crisis: las exportaciones argentinas sufrieron en agosto una caída del 40%, la más alta de los últimos 27 años. Hay que remontarse a septiembre de 1982 para encontrar una baja similar.

 

¿Cuál fue el objetivo de contribuir al circo planteado por el Gobierno, cuando un centenar de legisladores de la oposición se reiteraron del recinto? ¿Ninguno de ellos tiene la capacidad de plantear un cambio en la agenda de temas y proponer otro tipo de debate? El único sector que salió a intentar poner un freno a este enfrentamiento de vuelo gallináceo entre el Gobierno, la oposición y los holdings mediáticos es la Iglesia, cuyas autoridades ayer realizaron un importante llamado de atención.

 

Las graves falencias de la oposición son aprovechadas al máximo por el kirchnerismo. En las últimas semanas no se conoció ni siquiera una sola medida del Gobierno nacional para hacer frente a la recesión económica. Y lo que resulta aun más preocupante es que la oposición, que debería preparase para suceder a los K en 2011, tampoco tiene planes estratégicos o propuestas serias para empezar a modificar las endebles estructuras económicas del país.

 

La oposición también jugó un papel bastante lamentable en la Cámara de Diputados bonaerense, cuando algunos legisladores que se autodefinían como opositores a la reforma decidieron bajar al recinto y le dieron el quórum que necesita el Gobierno para darle media sanción a la reforma impositiva. Lo tragicómico no sólo fue la actitud de los diputados que se dieron vuelta, sino también que la única estrategia opositora fue la de esquivar la discusión. Ni siquiera supieron plantear una alternativa superadora al esquema fiscal que plantea el Ejecutivo.

 

En diciembre se concretará el recambio legislativo, el kirchnerismo dejará de tener mayoría y se verá obligado a negociar en el Congreso y en la Legislatura bonaerense con otras fuerzas políticas. Existen dudas de que la oposición, fragmentada como se encuentra, pueda estar a la altura de las circunstancias y se convierta en una verdadera alternativa.

 

Se viene un fin de año muy difícil, con millonarios vencimientos de deuda pública que la administración K ni siquiera está dispuesto a renegociar, por lo cual se deberán desembolsar al menos 1.500 millones de dólares. Mientras tanto, la asistencia de recursos a la provincia de Buenos Aires llega a cuentagotas y existen interrogantes acerca de cómo se hará para pagar los sueldos a los empleados en noviembre y diciembre, y el medio aguinaldo.

 

En la Gobernación bonaerense saben que la llegada de fondos dependerá del humor que tenga el ex presidente Néstor Kirchner, que sigue manejando la caja del Estado como si se tratara de las cajas registradoras de los hoteles que el matrimonio presidencial tiene en la Patagonia.

 

Resulta evidente que a Scioli se le hace cada vez más difícil sobrellevar su alianza política con el kirchnerismo. El próximo martes tendrá que soportar, por primera vez, una movilización de productores del interior bonaerense -que podría ser multitudinaria- que se concentrará frente a la<

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