El Poder Hoy

La orfandad política

El gobernador Daniel Scioli y el ex presidente Nestor Kircner
El gobernador Daniel Scioli y el ex presidente Nestor Kircner

LA PLATA, Julio 05.-Contundente derrota que sufrió el oficialismo no sólo fue un certificado de defunción política para el kirchnerismo. También configuró un nuevo escenario que está caracterizado, por ahora, por una absoluta orfandad de líderes y referentes de peso que puedan encabezar al peronismo y al armado del panradicalismo (Coalición Cívica, UCR, socialismo, entre otros partidos), dos estructuras que unificadas podrían ser las grandes protagonistas de las elecciones presidenciales de 2011.

 

“Kirchner ya fue, es historia”, coinciden ahora casi todos los intendentes del Conurbano, muchos de ellos candidatos testimoniales, que sólo se preocuparon por mantener cierto grado de gobernabilidad en sus distritos y no dudaron en impulsar el corte de boleta. En definitiva, explican muchos dirigentes, ellos pudieron sobrevivir las debacles del menemismo, del duhaldismo y ahora no tienen la menor intención de hundirse con el kirchnerismo. “Nosotros lo acompañamos hasta la puerta del cementerio, pero no entramos con él”, suelen comentar por lo bajo varios barones del Conurbano, en lo que ya es una frase de cabecera en gran parte del PJ bonaerenses.

 

La incógnita pasa por el hecho de que no existe ningún liderazgo sólido que los pueda aglutinar detrás de algún proyecto nacional. La billetera millonaria de Francisco de Narváez se utilizó para ganar una elección por escasos dos puntos de diferencia, pero difícilmente sirva por si sola para llegar a la cúspide del poder en la Provincia. Tampoco seduce la figura de Mauricio Macri, que hizo una elección muy por debajo de lo esperado en Capital Federal, ni mucho menos Felipe Solá, que prácticamente cumplió un papel decorativo durante la última campaña.

 

Quizás Carlos Reutemann picó en punta en la carrera presidencial del justicialismo, con su muy ajustado triunfo en Santa Fe, pero el ex piloto de Fórmula 1 se muestra extremadamente cauto. Y recién ahora, según pudo saber Hoy, se contactó con algunos especialistas para que le comiencen a armar un plan económico que le sirva como base de sustentación de su proyecto. El que se encargaría de esa tarea sería el ex secretario de Programación Económica de la Nación, Oscar Tangelson, que rompió con el kirchnerismo a principios del año pasado.

 

Hasta ahora el peronismo no kirchnerista aún no ha logrado constituir un armado de alcance nacional, con presencia en las distintas provincias. Por el momento, es un conjunto de voluntades, una suerte de señores feudales que tienen peso en sus provincias o distritos de origen, pero que no pueden articular una alternativa nacional.

 

Distinto es el caso del Acuerdo Cívico y Social, que se ubicó segundo en cantidad de votos en todo el país. Y la cantidad de votos obtenidos en el interior (no tanto en Capital federal, donde Lilita Carrió terminó tercera) puede constituir un muy buen plafón para que un radical vuelva a disputar -con posibilidades reales- un espacio de poder en las elecciones presidenciales de 2011.

 

El problema de este sector radica en que aún no existe una persona que permita aunar consensos. Julio Cobos, en las últimas horas, quiso primeriar al oficializar sus aspiraciones presidenciales y hasta se animó a poner a Reutemann en lugar de principal competidor.

 

Si bien “Cleto” logró un muy buen resultado en Mendoza, es un dirigente que no despierta mucha confianza entre los radicales. Es el vicepresidente de un Gobierno del cual es opositor y todavía está patente el recuerdo de la foto que se sacó con De Narváez en el fragor de la campaña, como así también las colectoras que impulsó en numerosos distritos bonaerense, que finalmente no prosperaron debido a la postura de la UCR y la Coalición que temían ver licuado su caudal de votos en las comunas.

 

Scioli complicado

 

Uno de lo que más está sufriendo la orfandad de poder es el gobernador Daniel Scioli, a quien Kirchner dejó a cargo del PJ mientras él se refugió en el ostracismo. Flaco favor le hizo a su principal alíado político, que se convirtió en el centro de duras críticas por parte de muchos de los dirigentes peronistas que salieron a pasarle factura a los K por resultados de las elecciones.

 

El mandato de las urnas causó un cimbronazo dentro del gabinete bonaerense, donde comenzaron a ganar más espacio aquel

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