Opinión

17 de Agosto de 1.976 Secuestro de Mario Abel Amaya

Por Martha Pomar y Omar Bazzigalupi
Por Martha Pomar y Omar Bazzigalupi

“Por el ruso/ por Amaya /Por el pueblo/ la derecha que se vaya”, 1976 - 17 de agosto – 2009 secuestro del ex senador de la Nación, doctor Hipólito Solari Irigoyen y del ex diputado de la Nación, doctor Mario Abel Amaya

 

La foto es de 1972, en el centro de la fotografía, más que sentado, erguido en su silla, atento, con una mueca que anticipa una sonrisa, está Agustín Tosco histórico sindicalista cordobés. A su izquierda esta Mario Abel Amaya, que fuera Diputado Nacional Radical y uno de los fundadores junto a Raúl Alfonsin y el flaco Borras de Pergamino de Renovación y Cambio,de pie, tapando los afiches de la pared, hay varios de sus compañeros, Felipe Alberti, Ricardo Murúa , Ramón Contreras y un muy joven Carlos Becerra , además de el actual Presidente de la Convención Nacional de la UCR Solari Irigoyen , abogado y amigo de Tosco, que luego, también conociera los tormentos y el exilio provocados por la dictadura que se instala en 1976.

 

De Mario Amaya los más jóvenes recordamos siempre la sonoridad de su apellido coreado por miles de gargantas en actos y asambleas radicales, y nunca su rostro, porque escasean sus retratos.

 

Nació un 3 de agosto de 1935, en la localidad de Dolavon, Provincia de Chubut, a donde su familia se había trasladado, ya que su padre era docente y fue a trabajar al sur, dejando atrás su Provincia natal de San Luís.

 

Una vez terminado sus estudios primarios, cursó la secundaria en la ciudad de Trelew, para más adelante estudiar la carrera de abogacía y comenzar en ese ámbito con su actividad política, militando en favor de los ideales de la Reforma Universitaria.

 

Se afilió a la Unión Cívica Radical, y fue uno de los miembros que fundaron el Movimiento de Renovación y Cambio, cuyo máximo dirigente fue Raúl Ricardo Alfonsín, en los comienzos de la década del 70.

 

Fue dirigente en su Provincia y electo Diputado Nacional en las elecciones nacionales de 1973.

 

Cabe destacar, su pasión en su tarea política, la cual, desarrollaba siempre en el marco de sus ideales.

 

Su búsqueda fue permanente en la consecución de un Radicalismo más activo.

 

En este sentido, más allá de las formalidades partidarias, no dudo en defender durante la dictadura de Onganía (1966-1973), a dirigentes sindicales y obreros, entre ellos, a Agustín Tosco.

 

Una vez producido el golpe de Estado de 1976, Mario Abel Amaya fue detenido por un grupo perteneciente a las Fuerzas Armadas un 17 de agosto de 1976, en su domicilio de la ciudad de Trelew.

 

Su paradero era incierto, hasta que se supo que había pasado por las cárceles de Bahía Blanca y Rawson, para finalmente ser trasladado a la Unidad 8 del Servicio Penitenciario Nacional.

 

En este último lugar de detención, fue torturado hasta que producto de los vejámenes a los que fue sometido, debió ser trasladado al Hospital Penitenciario, donde falleció un 19 de octubre de 1976.

 

Amaya fue velado en Buenos Aires, en el barrio de Mataderos, porque la dictadura no permitió que se lo hiciera en la Casa Radical ni en otro lugar del centro de la ciudad.

 

Después fue trasladado y enterrado en medio de un cl

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