La Provincia

A tono con el clima

El gobernador Scioli se reunió con los obispos de la Provincia y cerró filas con la Iglesia para combatir la pobreza.
El gobernador Scioli se reunió con los obispos de la Provincia y cerró filas con la Iglesia para combatir la pobreza.

LA PLATA, Agosto 16.-(Por Marisa Alvarez)A tono con el clima, la interna del oficialismo peronista va cobrando temperatura.

 

Ya nadie duda en las comarcas bonaerenses de ese espacio que Néstor Kirchner se propone ser candidato a presidente en el 2011, un escenario en el que, según señala a algunos confidentes, se imagina compitiendo con Julio Cobos, Mauricio Macri y Carlos Reutemann. Prevé, entonces, que dará batalla con un armado que mantenga a una parte del PJ y sume a la neotransversalidad que se propone generar.

 

Quizás haya cambios en esa imaginaria línea de contendientes. Dentro de un tiempo, más cercano que lejano, el hombre que le ganó a Kirchner en la Provincia el 28 de junio, Francisco De Narváez, pediría a la Corte Suprema de la Nación "certeza" de que está constitucionalmente habilitado -es ciudadano argentino pero nació en Colombia- para ser, eventualmente, candidato a presidente de la Nación.

 

Por lo pronto, en la revuelta interna oficialista es en esa ausencia de dudas sobre el proyecto 2011 de Kirchner que habría que anotar cierto empeño de los últimos días en comenzar a instalar la reelección como el objetivo del Gobernador para ese turno. Dirigentes del oficialismo creen importante, para el apoyo que pueda recibir la Provincia de la Casa Rosada en los dos largos años de gestión que le quedan a Scioli, que Kirchner no lo visualice como un competidor.

 

Por eso, hizo ruido en el oficialismo que el vicegobernador Balestrini -a quien Kirchner imaginaría como su compañero de fórmula presidencial- saliera a cruzar, sin cuidar los modos, al nº 2 del Senado que él preside. No habían pasado 24 horas desde que Federico Scarabino elogiara una eventual postulación de Scioli a la reelección, cuando el Vicegobernador tildó de "falta de respeto" hablar de candidaturas.

 

Kirchner, por lo pronto, está convocando a Olivos a charlar a todos -pero de a uno- los intendentes del Conurbano. Una reunión con el conjunto de los jefes comunales del norte y oeste de esa región (Sección Primera) al estilo de la que realizó la semana anterior con los alcaldes de la Tercera (sur del gran Buenos Aires), en cambio, aparece como de más compleja resolución. En primer lugar, existe un escollo capital: si el más ultrakirchnerista de los intendentes -Ishii, que pidió licencia en su José C. Paz para salir a cazar "traidores", que son, en su criterio, los intendentes que sacaron más votos que el ex Presidente-, se sienta a esa mesa, no se sentará (según se juramentaron) ningún otro.

 

Pero además en la Primera -donde habitan hombres fuertes e históricos del PJ, como Curto (Tres de Febrero) y Othacehé (Merlo) y un nítido aspirante a gobernador, Sergio Massa (Tigre)- se respira un clima particular desde las elecciones. Ese grupo de intendentes mantiene con Kirchner una relación distante -ellos prefieren definirla como "prudente"- y ha resuelto, tras una invitación al alcalde de Ituzaingó, Alberto Descalzo, que ninguno de ellos se incorporará -al menos por ahora- al gabinete de Scioli. Prefieren, dicen, estar del otro lado del mostrador, "para defender las obras y los recursos" de sus municipios, aunque ese posicionamiento supera la cuestión institucional para convertirse en una señal fuerte en la agitada interna del oficialismo.

 

En el interior, el peronismo oficialista vive su propia revulsión, convencido de que pasó a ser el grande olvidado de la Casa Rosada y de la Gobernación.

 

Mientras tanto, la asfixia financiera que se profundiza en la Provincia comenzó a signar más de una relación institucional y política y a generar situaciones de tirantez.

 

Desde la derrota electoral, Scioli ha profundizado la relación de gestión con los intendentes, oficialistas y opositores, recreando un clima institucional más armónico. Pero en los últimos días el ahogo financiero que empieza a padecer la mayoría de los municipios ha trocado módicos planteos por las demoras del gobierno provincial en girar a las comunas los recursos coparticipados en enfáticos reclamos, ya se trate -también- de alcaldes oficialistas u opositores.

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