PERGAMINO, Agosto 15.-(PergaminoCiudad.com.ar) Productores y asesores de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires cuentan cómo seguirán teniendo al cereal en la rotación.

La siembra de maíz comienza a definirse. Si bien los productores están con el freno de mano puesto respecto a la compra de insumos, parece haber al menos un cambio de humor positivo. Ayudan los pronósticos de lluvias que parecieran acompañar la demanda hídrica que hará el cultivo en buena parte de la región maicera. Por otro lado, la caída en la siembra de trigo obliga a muchos a no descuidar la proporción de maíz en la rotación, sobre todo si se quiere conservar cobertura y mantener el nivel aporte de rastrojos al suelo.

Esas son algunas de las conclusiones que surgen de las entrevistas que realizó en los últimos días Clarín Rural, que dialogó con referentes tecnológicos de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, para conocer qué pasa por la cabeza de quienes definen el futuro inmediato del maíz en Argentina.

"Si bien habrá una baja en la superficie de maíz, esta reducción no será drástica en el norte de Buenos Aires", dispara Federico Zorza, referente técnico de Aapresid en Pergamino. Es más, entre los miembros de la Regional Pergamino/Colón de Aapresid, "la mayoría de los productores mantendrá la superficie histórica sembrada", agregó Zorza. Si bien la inversión por hectárea es elevada, principalmente por el valor de la genética y los fertilizantes, "el número cierra", precisó.

La visión es compartida por José Luis Zorzín, técnico de la Regional Los Surgentes/Inriville de Aapresid, en el sudeste de Córdoba. "Los que dudan de hacer maíz en la proporción que normalmente lo realizan es más por una cuestión financiera que económica", afirmó. La baja producción de la campaña pasada, sumado a los altos precios de los insumos y la baja en los precio de los granos, dejó "mal parados financieramente a muchos productores de la zona", precisó.

En consecuencia, si bien "el margen bruto del maíz y su relación insumo/producto es buena, demanda una alta inversión por hectárea sembrada, desestimulando su siembra", consideró. Sin embargo, a la mayoría "le gusta el cultivo; y si bien puede dejar de sembrar trigo cuando el año es malo, le cuesta más dejar de hacer maíz", precisó. Así, entre sus asesorados y allegados sembrarán cerca del 30% de la superficie con maíz; el resto irá a soja, entre sus variantes de primera y segunda.

En el centro santafesino, Doria Turchi, referente de la Regional San Jorge de Aapresid, vislumbra un panorama similar. "Con los números actuales, tenemos en campo arrendado un rinde de indiferencia en maíz de 7.200 kilogramos por hectárea", afirmó Turchi; mientras que en soja "ese valor ronda los 2.500 kilogramos por hectárea", agregó.

En general, los sistemas productivos que vienen con una buena rotación mantendrán el maíz, "aunque se descartarán los lotes con mayor riesgo", aclaró. En el centro santafesino, los que no hicieron trigo pasarán a maíz, "ya que si van a soja se juegan demasiado a un solo cultivo, y eso es riesgoso por falta de diversificación", destacó.

A pesar de este panorama, todos coinciden que se han cerrado pocas operaciones de compra de semillas. "Estimamos que no más del 20% de los productores ha cerrado la compra de insumos", afirmó Zorzín. Es más, "muchos están especulando, esperando que los insumos bajen algo más; principalmente la genética", agregó.

"Los productores del centro santafesino sólo compraron lo necesario para arrancar las siembras tempranas", agregó Turchi.

Tecnológicamente, la apuesta será importante. "Quien hace maíz sabe que tiene que hacerlo con toda la música", graficó Federico Zorza, en alusión al acompañamiento tecnológico al cultivo. "Elección de genética y una ajustada estrategia de fertilización son los dos aspectos clave", agregó el técnico de Pergamino.

Por su parte, Zorzín es optimsita y sostiene que "quien haga maíz en amb