PERGAMINO, Febrero 01 (PergaminoCiudad.com.ar) Las diferencias entre los dirigentes de las cuatro entidades del agro no es una novedad y aunque los más altos mandos intentan disimular las diferencias y llegar a un acuerdo, en las bases no ocurre lo mismo, en Pergamino núcleo por excelencia de la agricultura nacional mostraron la hilacha.
El presidente de la Sociedad Rural de Pergamino, Roberto Campi, envió al diario local y otros medios gráficos nacionales una carta que titula “otra vez la burra al trigo” donde critica el acuerdo que Federación Agraria y el Ministerio de Agricultura por venta de trigo de las cooperativas y resalta en un párrafo “Hoy que los vientos políticos amontonaron a Buzzi con Domínguez, inventaron ambos un pacto que seguramente algún historiador del futuro comparará con el de Runciman-Roca, porque sólo favorece, ¿favorece? a algunos pocos”.
Tras las declaraciones del Titular de la Sociedad Rural de Pergamino en el Diario, la filial de Federación Agraria Argentina en nuestra ciudad emitió un comunicado contrarrestando las declaraciones del dirigente, al cual llamaron “Anclemos las Plumas “
“La Federación Agraria Argentina, filial Pergamino, luego de haber intentado infructuosamente el diálogo, se ve en la obligación brindar a la opinión pública respuesta a la nota que el Sr. Roberto Campi, presidente de la Sociedad Rural local remitiera al periódico La Opinión de Pergamino y que este publicara en su edición del domingo 30 de enero.
El Sr. Roberto Campi miente. Nuestra entidad no ha formado parte jamás de acuerdo ninguno en relación a la comercialización trigo con ningún funcionario del gobierno nacional.
La Federación Agraria Argentina viene denunciando y realizando protestas frente a los megaexportadores que estafan a productores y consumidores cada vez que se han producido estas maniobras, y allí estábamos el 11 de marzo de 2008, el día de sanción de la “125”, en los accesos de los puertos, en absoluta soledad. Hacía tiempo estábamos en plena demanda por derechos de los que producen y trabajan, y este gobierno agravia, cuando muchos descubrieron la lucha gremial. Esa lucha la sostuvimos a viento y marea pese a la porfía y ausencia de solidaridad de muchos colegas dirigentes, fundamentalmente a la hora de poner el cuerpo o hacerse cargo de los procesos con que son amedrentados los federados y los chacareros, y la continuamos hoy, con plena militancia.
Es absolutamente mezquino y de peligrosa tendencia comparar un megaexportador internacional con una cooperativa, ya que aquellos no solo aprovechan las ventajas de sus fabulosos volúmenes de ventas y su presencia en casi todos los países del orbe y en paraísos fiscales, también sacan beneficio de tasas de créditos regaladas de los mercados internacionales y realizan negocios locales con tipo de cambio protegido al mejor estilo de las tristemente famosas tablitas de Martínez de Hoz y, por supuesto, hay grandes indicios que se aprovechan de fluidas relaciones con el gobierno nacional y de la afonía de algunos dirigentes al momento de denunciarlos.
El sistema cooperativo, en tanto, es parte del espíritu fundacional de la Federación Agraria Argentina, y de ese modo es que a instancias de nuestra entidad se fundaron muchas de ellas, así como sus nucleamientos, asociaciones y federaciones. Tanto a las cooperativas como a la Federación Agraria las domina el sentir chacarero, de allí nacimos y a ello pertenecemos y ese es, ni más ni menos, la vinculación que nos une con Agricultores Federados Argentinos.
AFA está integrada por 33.000 productores agropecuarios, todos distintos, esos son sus socios, el único sujeto de sus beneficios, bien diferente de los socios de los megaexportadores, que son sus accionistas, pero todo indica que son también los que apañan su accionar.
Dentro de los 33.000 asociados se encuentran muchos federados, independientes y ruralistas, pero todos cooperativistas. A nadie se le pregunta su condición gremial para incorporarse.
En la mentira, el Sr. Campi también exagera. Tal se informara en la asamblea de la Cooperativa, el pedido de compra por parte de la molinería es por un total de 500 mil toneladas, muy lejos de las 14 millones de producción nacional de trigo. Esto hace que la FAA continúe su reclamo para que todos los productores argentinos puedan comercializar su producción al precio justo, ya que no nos conformamos con las migas mientras un puñado accede a la torta.
Es cierto, sí, lo que dice el Sr. Campi, que todos los productores somos iguales, pero sólo el día que nacemos y nunca más. Nuestra entidad nació en 1912 precisamente a raíz de la desigualdad de los productores, y continúa fuerte, coherente e institucionalizada, sin tener que haber recurrido a pactos ni colaboracionismos oscuros casi 100 años después porque seguimos siendo diferentes, eso es lo