El país

La Ciudad por quinta vez

 

CAPITAL FEDERAL, Julio 10.-(Por Mario Wainfeld )Lo que hay en juego. Lo que arriesga Macri, su caudal y sus límites. El kirchnerismo procura elevar su techo y llegar a una segunda vuelta con chances. Las claves para leer el resultado. La ilusión de Solanas, su futuro. Ocho fórmulas que compiten con pocas ilusiones. La Legislatura y las flamantes comunas. Mirada previa para un día con sol.

 

Los porteños elegirán hoy, por quinta vez en su breve historia como distrito, a su jefe de Gobierno. Según el “sentido común” de las encuestas de todo pelaje, el actual mandatario Mauricio Macri (PRO) obtendría el primer puesto y el senador Daniel Filmus (Frente para la Victoria) el segundo. El diputado Fernando Solanas, tercero en discordia, asegura que tales sondeos falsean la realidad y que dará el batacazo, saliendo segundo para disputar el ballottage con Macri. Todos los protagonistas dan por hecho que nadie alcanzará la exigente marca del 50 por ciento más uno de los votos.

 

En las elecciones precedentes sólo Aníbal Ibarra en 1999 pudo prescindir de la segunda vuelta, superando con comodidad a Domingo Cavallo. El primer jefe de Gobierno, Fernando de la Rúa, fue consagrado antes de que rigieran la Constitución de la Ciudad Autónoma y el régimen de doble vuelta.

 

Si no se corroboran los sondeos y las especulaciones previas, consultores y formadores de opinión deberán poner las barbas en remojo. Si se ratifican, el interés estará centrado en la diferencia entre el primero y el segundo. También en la comparación de sus desempeños con los del año 2007, cuando ya se enfrentaron. Y, por último, habrá que mirar cuántos votos “disponibles”, esto es, no absorbidos por los dos punteros, quedan para la segunda vuelta. Con bajo porcentaje de votos flotantes y amplia diferencia se consolidarían las perspectivas del primero. Con más votos a capturar y un gap corto, el segundo mejoraría sus chances.

 

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Las marcas del pasado: El electorado de la Capital es tradicional o hasta atávicamente refractario a todas las vertientes del peronismo, abarcando al kirchnerismo (ver asimismo nota aparte).

 

Macri, en cambio, conserva desde su primera irrupción en 2003 un piso muy alto.

 

Pino Solanas sorprendió con su cosecha en 2009, corriendo de atrás, en una elección expresiva, de medio mandato.

 

El horizonte más deseado hoy por el jefe de Gobierno sería volver a sacar más del 46 por ciento, como en su anterior competencia con Filmus.

 

El del aspirante kirchnerista, elevar el techo de su fuerza, que jamás traspuso el 24 por ciento del padrón, y acortar la brecha con el jefe de Gobierno.

 

El sueño de Solanas sería probar que su proeza de dos años atrás no fue una flor efímera. Suelen germinar en la Capital, acogedora con terceras fuerzas, en especial con sesgo de izquierda y centroizquierda, pero chúcara para sostener ese favor largo tiempo. Sólo el Frente Grande se mantuvo presente durante más de una década. Otras figuras marcaron hitos o tendencias pero no crecieron o perduraron poco: el democristiano Augusto Conte (en 1983), los socialistas Alfredo Palacios y Alfredo Bravo (a principios del siglo pasado y en esta etapa reciente), Luis Zamora en 1999.

 

Solanas y Macri depusieron sus candidaturas presidenciales, ya instaladas, para buscar la Jefatura de Gobierno. Dos casos de frazada corta, que desmantelaron sus espacios nacionales. Uno de ellos, cuanto menos, se equivocó en la jugada. Hoy se sabrá quién.

 

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