El barrio inaugurado en enero continúa con inconvenientes. Las primeras familias ya se mudaron y están sufriendo hechos de inseguridad. Los vecinos reclaman por iluminación y mayor patrullaje.
La entrega de las casas se hizo esperar y en enero con la presencia de la gobernadora se les hizo el traspaso a las primeras familias, desde ese momento el reclamo por la seguridad está vigente. El hecho más resonante fue el robo a una familia que salía de su hogar a las 7 de la mañana y fueron atacados por malvivientes.
Este no es el único caso, ya que varios frentistas se sumaron a las denuncias con otros hechos similares de entraderas y de robos en la vía pública.
Luego de eso el municipio colocó cámaras de seguridad para que se sientan más resguardado sin embargo le piden a la cooperativa que coloque la luz en algunas calles que aún continúan oscuras ya que es por ahí por donde ingresan y por donde escapan quienes van a delinquir.
Los vecinos continúan con miedo a pesar de las medidas preventivas que comenzaron a aplicarse. Hechos similares ocurren en el barrio ProCreAr que se encuentra al lado, donde los vecinos en reiterados momentos plantearon el temor ante casos similares.