La Provincia

Hacia un final abierto

La reunión Cobos-De Narváez fue una de las derivaciones fuertes de la decisión del juez Faggionato de citar a indagatoria al candidato de Unión-Pro.
La reunión Cobos-De Narváez fue una de las derivaciones fuertes de la decisión del juez Faggionato de citar a indagatoria al candidato de Unión-Pro.

LA PLATA, Junio 14.-(Por Marisa Alvarez) Quedan dos semanas absolutamente decisivas para las elecciones bonaerenses. Todo puede ocurrir, de ser ajustado un dato que revelan en las últimas horas encuestas de consultores respetados: la brecha que separa ahora a los dos candidatos a diputados nacionales que concentran la mayor cantidad de votos, Néstor Kirchner y Francisco De Narváez, rondaría los cuatro puntos en favor del oficialista. Para los expertos, una diferencia exigua como para dar por consolidada una victoria.

 

Por lo pronto, la semana que pasó marcó un drástico cambio de climas en el universo electoral.

 

Durante la última semana de mayo y la primera de este mes, los sondeos que consumen en la Casa Rosada y en Olivos marcaban un estancamiento de Unión-Pro, cierto repunte del Acuerdo Cívico y una consolidación del sufragio en favor del oficialismo. En el kirchnerismo se profundizó así la convicción de que la lista que encabeza el ex Presidente ganaría la elección por diez puntos. Y tomó forma un pronóstico que mezclaba ganas con chicana: que la lista de Margarita Stolbizer terminaría segunda, y la de De Narváez tercera. Los cálculos más moderados hablaban de una diferencia de seis puntos, pero irreversible. Se había asentado en el oficialismo un clima de confianza. Un clima de triunfo.

 

LA PIEDRA DEL ESCANDALO

 

Pero la campaña bonaerense entró en revulsión el fin de semana pasado, con la citación a prestar declaración indagatoria (una figura que indica que el magistrado no considera al citado testigo sino sospechoso) del juez Faggionato Márquez a De Narváez, en la causa de la efedrina.

 

No sólo los líderes de Unión-Pro salieron a acusar al gobierno nacional de estar detrás de esa citación judicial. También los principales dirigentes del Acuerdo Cívico, aún con matices entre ellos, vincularon públicamente la resolución de Faggionato con una maniobra urdida desde la Rosada y Olivos.

 

En el oficialismo quedaron expuestas, aún antes de aquellas expresiones opositoras, dos posiciones. Kirchner y su entorno creyeron que la citación judicial en una causa como la de la efedrina perjudicaría la imagen de De Narváez y le provocaría un daño electoral irreparable. El resto de la dirigencia -funcionarios nacionales, algunos funcionarios de Scioli, los intendentes- intuyó que los efectos serían justamente los opuestos: ubicarían a De Narváez como víctima y a Kirchner -al oficialismo en suma- en el rol de verdugo.

 

DEL OPTIMISMO A LA PREOCUPACION

 

De la convicción de Kirchner dio fe pública su decisión de montarse en la citación del juez -uno de los más cuestionados de la historia, con 38 pedidos de enjuiciamiento- para atacar a De Narváez y reclamarle que se presentara a la indagatoria, durante dos días seguidos. Del temor del resto de la dirigencia oficialista dio elocuente muestra su silencio.

 

Y bastaron 72 horas para que la realidad le diera la razón "al resto". Bastaron también para que Kirchner asumiera que le había errado al cálculo y se llamara a silencio sobre la cuestión.

 

Sacar el asunto del discurso de Kirchner no alcanzó, sin embargo, para alejar los nubarrones que se habían instalado en ese espacio. Aún los intendentes más cercanos al ex Presidente creen que el episodio dejó ya un saldo negativo para el oficialismo y disparó efectos de final imprevisible. Miran encuestas que marcarían una pérdida de sufragios de Stolbizer, posible indicio del fantasma más temido por el kirchnerismo: la polarización y la irrupción de un "voto útil" en favor de De Narváez. Preocupación es, así, la palabra que mejor define el clima de este fin de semana en el oficialismo, donde ahora hay quienes hablan de elección reñida.

 

UN ACUERDO NO MUY ACORDADO

 

Pero el episodio Faggionato-De Narváez también sumergió al Acuerdo Cívico en su semana más negra en lo que va de la campaña. Por un lado, también profundizó en esa alianza el temor a una polarización

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