Está claro que después de la elección, y pese a que los diputados electos recién asumirán en diciembre, los Kirchner ya no tendrán un poder discrecional y se abrirá una nueva etapa en la vida política e institucional del país.
El ex presidente prácticamente está resignado a recibir una dura paliza en el interior provincial, y sólo presta atención a un puñado de municipios a cuyos intendentes les promete obras.
Kirchner apuesta todas sus fichas al tercer cordón del Conurbano, a las localidades más humildes de
La estrategia de Kirchner, de centrarse en el tercer cordón, es la misma que utilizó el polémico Carlos Ruckauf en 1999, cuando se impuso gracias a los votos que le traccionó la lista espejo de
Es un hecho de que el oficialismo en
Pero el escenario que se abrirá después de los comicios será harto dificultoso, ya que se deberá hacer frente a muchos de los problemas que se fueron pedaleando.
Los rumores de una devaluación, que es negada por el Gobierno, cada vez adquiere más fuerza.
Ocurre que la pérdida de competitividad del sector agropecuario (que fue el gran generador de divisas para el fisco), como consecuencia de las erráticas políticas oficiales y de la crisis internacional, está hundiendo al sector más dinámico de la economía argentina; y eso se ve reflejado en todos los indicadores económicos.
El conflicto entre el campo y el Gobierno nacional, potenciado a su vez por la crisis internacional, generó también un clima de incertidumbre y desconfianza que arremete directamente contra la demanda de pesos, lo que provocó una gran fuga de capitales en los últimos meses. Muchos especialistas afirman que es justamente esta fuga de capitales, que sumarían más de 25 mil millones de dólares, la que explica gran parte de la recesión que enfrenta la coyuntura económica argentina.
De esta manera, existe una excesiva demanda de dólares en el mercado, y el Banco Central por ahora optó por administrar cautelosamente la devaluación del peso, manteniéndolo en la franja de $
Ocurre que el Gobierno ha comenzado a emitir moneda aceleradamente para intentar cubrir los baches de caja. Se trata de una medida peligrosa ya que una emisión descontrolada, sin un aparato productivo que le dé soporte (algo que los Kirchner nunca quisieron o pudieron desarrollar, pese a tener seis años ininterrumpidos de crecimiento económico), podría generar una peligrosa burbuja inflacionaria. Eso, a su vez, se combinaría con un escenario recesivo, generando las condiciones de lo que los economistas denominan stanflación.
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