La Provincia

Días de decisiones

LA PLATA, Abril 10.-(Por Marisa Alvarez) El viernes que viene será el último día que tendrá Daniel Scioli para convocar a las elecciones internas en las que las fuerzas políticas deberán definir sus candidatos a cargos provinciales (desde el gobernador hasta los consejeros escolares), que se realizarán el 14 de agosto y serán obligatorias para todos los partidos (mejor dicho, para las alianzas electorales que se puedan definir) y para todos los ciudadanos. Para entonces, el Gobernador tendrá que haber reglamentado la ley que creó el nuevo sistema de primarias y se habrá iniciado formalmente el camino hacia las urnas de octubre.

 

La reglamentación del sistema de internas -de una complejidad de la que no tienen conciencia ni muchos de los dirigentes que piensan postularse- llegará, así, 15 meses después de sancionada la ley. En las próximas horas el Gobernador deberá poner fin al dilema oficialista que demoró la medida durante meses: habilitar o no un mecanismo de listas colectoras o de adhesión a nivel municipal, para que puedan presentarse en una comuna dos o más candidatos a intendente "enganchados" a una misma boleta de postulantes a presidente y a gobernador.

 

BUENO PARA ALGUNOS, MALO PARA OTROS

 

La Gobernación alimentó siempre la búsqueda del resquicio legal que en la reglamentación habilitara lo que prohíbe el "espíritu" de la ley: las colectoras o adhesiones. Las quieren para poder presentar en los distritos donde mandan intendentes vecinalistas (como Pulti en Mar del Plata e Ivoskus en San Martín) la boleta que eventualmente encabezarán Cristina y Scioli en dos versiones que cambiarían sólo en el tramo municipal: una con candidatos del PJ y otra con esos intendentes (que se supone que ganan "seguro", por lo menos más "seguro" que postulantes del peronismo). La idea, claro, es que esos extrapartidarios "exitosos", pese a ser claramente oficialistas mantengan su identidad vecinal y empujen votos desde abajo de la boleta hacia arriba (las candidaturas de Cristina y Scioli).

 

Pero los intendentes peronistas, que en su momento corcovearon pero al final admitieron que el mecanismo de las listas de adhesión sea utilizado a nivel nacional (para llevar, pegados a la boleta de Cristina, a Martín Sabbatella como contrincante de Scioli por la Gobernación y A sus respectivos candidatos intendentes y concejales), redoblaron presiones en los últimos días para evitar que ese mecanismo se autorice también en la reglamentación de la ley provincial para los cargos municipales.

 

Ocurre que la habilitación del mecanismo abre la puerta para que, por supuesto, no sea utilizado solamente por los vecinalistas amigos del sciolismo sino por cualquier fuerza que, por afuera del frente oficialista, pida "adherir" a las candidaturas de Cristina y Scioli. ¿Usarían esa opción algunos grupos del ultrakirchnerismo que acumulan ganas de enfrentar a "caciques" del peronismo, al menos para ganar algunas bancas en los concejos deliberantes?

 

El oficialismo deberá definir este espinoso asunto en las próximas horas, mientras se acercan otros plazos que aceleran las pujas intestinas por las candidaturas. Un marco en el que el interrogante sobre si el compañero de fórmula de Scioli será "puesto" por el Gobernador o por la Casa Rosada va camino de convertirse en la gran pulseada de este proceso. Para no pocos observadores, la dilucidación de esa duda mostrará si Scioli, si resulta reelecto, podrá gobernar otros cuatro años con alguna autonomía o deberá hacerlo "marcado" por alguien que, tal vez, se dedique a desgastarlo.

 

UN ACUERDO QUE DIVIDE

 

El radicalismo bonaerense, en tanto, parece haber tomado la delantera en el escenario partidario nacional, de la mano de cierta consolidación -aunque no sin algún desgaste- de la candidatura presidencial de Ricardo Alfonsín frente a sus competidores internos. Y desde la convicción de que la Provincia, donde el partido y sus socios "naturales" no tienen un candidato fuerte para ofrecer, será clave para la pulseada por la Casa Rosada, el sector inició una acelerada para cerrar algún acuerdo que le permita incorporar una "pata peronista" al esquema electoral.

 

Por ahora, con todo, las aguas están divididas en el armado de la UCR y sus socios con relación a una decisión tan trascendente. El partido de Margarita Stolbizer y algunos sectores de la propia UCR no quieren ir más allá de Felipe Solá. Otros, entre los que se incluiría Alfonsín, pretenden que la nueva frontera deje adentro a prácticamente todo el Peronismo Federal y en especial a Francisco De Narváez, a quien consideran el único opositor con chances de darle pelea al oficialismo por la Gobernación.

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