Opinión

Día nacional de la memoria por la verdad y la justicia

Por Dirigencia Joven.
Por Dirigencia Joven.

A partir del año 2006, a través de la Ley Nº 26.085, se incluyo como feriado Nacional al día 24 de marzo, a fin de recordar los hechos acaecidos en esa fecha en el año 1976, y todos los sucesos que se produjeron luego del golpe de estado, llevado a cabo por la Fuerzas Armadas.

 

En la fecha mencionada la Presidente de la República Argentina, de ese momento la Sra. María Estela Martínez de Perón, conocida como Isabel Perón, fue detenida y removida violentamente de su cargo por la Junta de Comandantes del Ejército conformada por el General Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Massera y el Brigadier Orlando Agosti, los cuales se apoderaron, con el respaldo de las Fuerzas Armadas en forma indebida, autoritaria y violenta del gobierno del país, hecho histórico que conlleva a un sin fin de irregularidades y delitos que se plasmarían durante su permanencia en el poder.

 

Los mencionados militares se autodenominaron como la Junta Militar que dispondría el “Proceso de Reorganización Nacional”, ese proceso no reorganizo en forma alguna a nuestro país sino que lo sumió en un manto oscuro de terrorismo de estado, muerte, eliminación de derechos, persecuciones ideológicas, supresión de la identidad de menores, privaciones ilegitimas de la libertad, torturas, y todo tipo de vejámenes, y delitos contra los ciudadanos, con el objetivo de destruir y acallar las voces disidentes.-

 

Durante esos años se catalogaba a cualquier individuo que se opusiera  al gobierno de facto instaurado, como subversivos, delincuentes, a los cuales se los perseguía, se los secuestraba y se los “desaparecía”, escondiendo la realidad, sometiéndolos a torturas y condiciones Infra humanas, quitándoles la vida sin un juicio previo, en caso de imputárseles hecho ilícito alguno, empujándolos al exilio, entre otra aberraciones.-

 

Todos sabemos que se perpetraron durante esos años todo tipo de delitos de lesa humanidad, con una violencia e impunidad imposibles de soslayar por un individuo razonable, pretendiendo someter, anular el pensamiento por medio del terror. Aunque muchas personas vivían ajenas a la realidad, sumidas en otra historia sin conocer la verdad, mientras otros miraban hacia un costado sin querer saber ni ver lo que estaba ocurriendo, aquella realidad que se ocultaba en los centros clandestinos de detención.

 

Así como también la mentira que comenzaban a vivir los menores separados de sus padres, entregados a los miembros del “proceso”, y que siendo apropiados ilegalmente se les ocultaba su identidad, comenzaban a caminar por la vida alejados de sus familias, sus afectos genuinos, de su verdad, con vidas cambiadas, trasformadas, marcadas por la mentira y el silencio.

Luego de 34 años del comienzo de la dictadura militar mas cruenta y despiadada que sufrió nuestro país, todos conocemos los hechos, los delitos cometidos, las aberraciones, pero es importante que este día podamos recordar, hacer un examen de conciencia y pensar que nunca mas queremos que la historia se repita, que somos una sociedad libre con derechos y obligaciones, que deben ser respetados y protegidos.

 

Asimismo, que la libertad de pensamiento es fundamental, que la democracia es una forma de estado en al cual podemos elegir a nuestros gobernantes, bien o mal pero elegirlos sin imposiciones de ningún tipo, donde nos enfrentamos a través del voto popular a cualquier sistema dictatorial que se pretenda imponer al pueblo.

 

Sabemos que luego de más de tres décadas de ese día, nuestra sociedad sigue con sus heridas abiertas, se volvieron a enjuiciar, o a comenzar en algunos casos, a someter a procesos judiciales a los siniestros personajes de esos tiempos, privilegio que ellos no les daban a sus victimas.

 

Aun hoy las madres siguen esperando, las abuelas siguen buscando y por su obra encontrando a sus nietos, ya van por el numero 101 y faltan muchos más, que aun no conocen su identidad. 

 

Todos debemos seguir luchando por la vida, por la memoria, por no abandonar en el olvido los dolorosos sucesos para que no se repitan, para protegernos como sociedad, por que como canta León Gieco: “…La memoria despierta para herir a los pueblos dormidos, que no la dejan vivir lib

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