Gabriel Mariotto, en un acto con el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni. El candidato a vice de Scioli mantiene su propia agenda acional.
LA PLATA, Julio 03.-(Por Marisa Alvarez) El cierre de las listas de candidatos que, para los cargos nacionales y provinciales, operó en la medianoche de hace una semana, abrió una etapa de fuertes turbulencias en varias fuerzas electorales. Y mostró, también, "debilidades" del nuevo sistema -que instaura las elecciones primarias obligatorias- que muestran esencialmente que en materia de participación no existe el esquema, al menos en la política argentina, que evite la discrecionalidad del sector que pueda colocar al apoderado del proceso electoral.
En el Frente para la Victoria, el armado final de las listas resultó como lo había planificado hacía mucho tiempo la Casa Rosada, con un notorio saldo de enojos y malestar en el peronismo bonaerense. Los únicos peronistas históricos que figuran en las nóminas de candidatos al Congreso nacional son los que han mostrado fidelidad ciega a la Casa Rosada (aunque, por supuesto, no todos los hiperfieles fueron incorporados a las listas). Los demás postulantes son ultra K genéticos y de la agrupación juvenil La Cámpora. El compañero de fórmula de Daniel Scioli, Gabriel Mariotto, fue elegido por la Presidenta contra la decisión del propio Gobernador. Y en los distritos se habilitaron internas para intendente en aquellos municipios en los que esa pulseada fue considera conveniente por la cúpula K, que además se reservó la habilitación de colectoras que irán competir directamente en octubre.
La definición de las listas de candidatos a la Legislatura fue una cuestión aparte. La orden era que hubiera una sola nómina por cada una de las ocho Secciones Electorales, y durante semanas los referentes históricos de esas regiones (todos del PJ) buscaron compatibilizar pretensiones, integrando inclusive candidatos de La Cámpora y ultra K que, sabían, "debían estar". No alcanzó. El último día de plazo en la Casa Rosada hubo vetos, incorporaciones y, en un gesto de compensación hacia Scioli por la imposición de Mariotto, la inclusión en todas las Secciones de "candidatos del Gobernador" que, por lo que pudo verse, no resultaron ser en todos los casos dirigentes avalados también por los referentes territoriales.
BRONCAS Y ASIMILACIONES
Así, además de los resentimientos obvios con la Casa Rosada, la Gobernación quedó en el centro de las broncas de los dirigentes bonaerenses. La aceptación de la imposición de Mariotto y las incorporaciones de última hora de "sciolistas" en las nóminas para la Legislatura fueron facturadas al Gobernador y, en particular, al jefe de Gabinete, Alberto Pérez, el funcionario que había trabajado, con la promesa de oficiar de "gestor" ante la Casa Rosada, con los referentes territoriales en la confección de las listas que fueron despedazadas el último día, y a quien responden -dentro de lo que sería la interna de la Gobernación- los candidatos incorporados a último momento.
Por su lado, Scioli hizo una lenta asimilación del golpe que implicó la incorporación de Mariotto a su fórmula. Primero hubo "fotos mudas" de ambos, luego declaraciones amigables del candidato a vice. El Gobernador tardó una semana en hablar de su compañero de binomio, con expresiones que apuntaron a disipar tensiones; y ayer finalmente se mostraron juntos en un acto de gestión.
La Casa Rosada fue impiadosa, incluso, con su socio electoral "extrapartidario" Martín Sabbatella. El candidato a gobernador que -como Scioli- llevará la boleta de Cristina, pudo colocar un solo representante -Carlos Raimundi-, en el puesto 17º, en la nómina de candidatos a diputados nacionales del oficialismo.
En la Udeso, la alianza del radicalismo y Francisco De Narváez, donde se explayaron duras pulseadas hasta último momento entre los distintos sectores, también hubo una orden de "arriba": que no hubiera internas en ninguna categoría. En ese espacio, sin embargo, no se pudo cumplir; y habrá pujas en las urnas por la candidatura a intendente en numerosos distritos.