PERGAMINO, Abril 01 (PergaminoCiudad.com.ar) Este sábado, a las 17, dará comienzo el taller de actuación dictado por Juan Carlos Caruso, en Estrada 275 PA.
Es un taller para jóvenes y adultos a un precio muy accesible, la idea es que todos puedan realizarlo.
Haciendo actuación o teatro, el individuo puede responder a diferentes estímulos pudiendo consumar acciones en armonía con lo que siente y con lo que piensa. Actuar es jugar con los personajes que contenemos en un contexto creativo y amoral, esto permite abrir espacio a una nueva expresión, más auténtica y singular.
Además de los beneficios que se obtienen al nivel del crecimiento y conocimiento personal, hacer teatro o actuación aporta el placer de formar parte de una creación artística y darse la oportunidad de compartir momentos mágicos en los que, por ejemplo, un desbloqueo emocional pueden aportar el punto de inflexión que necesitaba una escena para evolucionar.
Hacer teatro o actuación es, también, ir más allá de lo cotidiano; es trascenderse y transformar la realidad buscando armonizar lo interior con el entorno.
En estos talleres de actuación, que no requieren ningún tipo de experiencia previa, propongo utilizarse a sí mismo para crear, para verse y transformar.
Improvisar en escena es como una posibilidad de ensayar la vida: probar, equivocarse, reír, llorar, enfadarse y volver a probar, ser uno “como si” fuera otro, arriesgar y siempre ganar.
El grupo es un espacio íntimo donde compartir, recibir y aportar. Además del aprendizaje de técnicas, el actor contemporáneo realiza su formación sobre la base de una autoexploración para obtener un conocimiento profundo de su ser y de su funcionamiento emocional, mental y motor. El actor realiza este entrenamiento con el objetivo de ampliar sus capacidades, disolver obstáculos expresivos y desarrollar su talento.
Sería imposible definir una línea divisoria entre actor – personaje. Sin embargo, un actor sano se utiliza a sí mismo en escena viviendo la experiencia del personaje, pero siempre con la conciencia de estar trabajando. O sea, no se lo cree sino que hace como si le estuviera pasando en la realidad.
Esto es posible gracias a las circunstancias, conflictos y temas del texto, responsables de conformar una nueva realidad llamada ficción.
La ficción produce sensación de impunidad, un actor a su servicio se atreve a odiar, a desear, a llorar, a matar, porque sabe que puede entrar y salir de todas las emociones sin perjuicio ni juicio. (PergaminoCiudad.com.ar)