En el Barrio Otero

Siete familias piden no quedar en la calle

Pidieron a las autoridades judiciales y municipales que no los desalojen del terreno donde viven porque no tienen nada.
Pidieron a las autoridades judiciales y municipales que no los desalojen del terreno donde viven porque no tienen nada.

PERGAMINO, Junio 14.-(Semanario “El Tiempo” reproducción de PergaminoCiudad) Siete matrimonios del barrio Otero viven una situación extrema porque están por perder lo más preciado que poseen: las viviendas donde habitan con sus familias que han construido en un terreno inutilizado y desocupado.

 

Es que ellos levantaron sus viviendas en un terreno que permanecía baldío desde hace mucho tiempo y no era ocupado por nadie. Ahora, a pocos meses de estar habitando las casas levantadas por ellos mismos un hombre que tramita una posesión veinteañal los intima judicialmente a desalojar la propiedad.

 

Según el testimonio de los actuales ocupantes y vecinos antes ese predio estaba abandonado y a lo largo del tiempo no le habían hecho mantenimiento, ni lo habían cercado. Ellos creen que injustamente son desalojados por una persona que no es la legítima dueña de la propiedad, sino que es alguien que está haciendo una posesión veinteañal. Pablo Maciel es uno de los jefes de familia que ocupan el terreno de Alejandro Ferrari 1650, frente al Centro Asistencial del barrio Otero.

 

Manifestó: "Nosotros somos del barrio Otero, estábamos en la calle, desesperados sin un techo para nuestros hijos. Nos dirigimos en varias oportunidades al municipio a preguntar por un terreno o casa del barrio municipal, pero fue en vano siempre obtuvimos las mismas respuestas negativas. Somos gente de trabajo, obligados por nuestra desesperación tomamos la decisión de desmontar un terreno que se encontraba abandonado. Por nuestra información y por la de los vecinos hacia más de ochenta años que estaba abierto y nunca residió nadie. En familia limpiamos el lugar lo cerramos y construimos nuestras casas precarias de material hace nueve meses. Ahora que está cerrado y limpio aparece un supuesto dueño, que asegura que su padre hace  treinta y cinco años atrás hizo una posesión precaria de ese lugar.

 

Lo curioso es que tanto a él como a su padre los vecino nativos del barrio no los conocen, nunca se ocuparon ni para cerrarlo ni para limpiarlo. Pero resulta que hoy tiene derecho según el juez que firma el desalojo. En distintos fueros no hemos podido contrarrestar las acciones judiciales de este supuesto propietario que cuenta con pocos elementos para sustentar su legitimidad sobre la propiedad. “No entendemos para qué Fernando Gabriel Perretta si tiene otros bienes y un buen pasar económico para qué quiere este terreno que estuvo inutilizado durante más de tres décadas.

 

“Queremos que la Justicia revea la decisión de nuestro desalojo porque somos gente de bien, de trabajo y si ocupamos este terreno es porque estaba desocupado y no teníamos dónde vivir con nuestras familias”. (PergaminoCiudad.com.ar)

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