Innumerable cantidad de veces hemos oído hablar sobre los llamados Derechos del Niño, pero ¿a qué nos referimos cuando mencionamos estos derechos, sabemos realmente lo que representan?

La Convención de los Derechos del Niño, es una estructura legal que enuncia en forma detallada las prerrogativas que les corresponden a los niños, considerando como tales a todos los menores que no hubiesen alcanzado los dieciocho años de edad. Estas normas deben ser respetadas en nuestro país, por tener esta Convención jerarquía constitucional de acuerdo a lo expresado en el Art. 75 inc. 22 de nuestra norma fundamental.

La República Argentina es una de las naciones que adhieren a todos los derechos mencionados en la Convención, para de esta manera proteger a la niñez.

Este ordenamiento legal esta muñido de tecnicismos jurídicos que deben aplicarse a la vida cotidiana. Si bien reconocemos como parte del Estado que los niños tiene derechos fundamentales como a la educación, a la salud, a la alimentación, y todas aquellas prerrogativas que les garanticen una vida digna, pero si miramos rápidamente a nuestro alrededor podemos preguntarnos, ¿en nuestro país se respetan los derechos de los niños? Y más aún ¿se desarrollan por parte del estado políticas tendientes a la protección de los niños y ha garantizar el ejercicio de sus facultades?

Creo que viendo la realidad que nos rodea podemos obtener fácilmente una triste respuesta negativa a estos interrogantes.

Muchos menores de diferentes edades en nuestro país, y aún en esta ciudad no gozan de los derechos primarios enunciados en la citada Convención, ellos sufren de todo tipo de carencias, no solo aquellas que surgen de la falta de recursos económicos, sino lo que es igualmente grave muchos sufren la falta de afecto y se le suma a esto la mirada despectiva de una sociedad que no los registra.

Este tema tan amplio y a su vez doloroso, donde contemplamos muchas veces impávidos las falencias de un Estado que permite que sus niños no se alimenten en forma adecuada, lo cual lleva a que no puedan pensar claramente para así poder acceder a los conocimientos elementales, eso si tienen la posibilidad de asistir a un centro educativo.

En varios casos los niños ya no concurren a las escuelas, por que no poseen los elementos básicos e indispensables para hacerlo, y no encuentran contención en su familia, terminan en la calle, donde se encuentran en un ámbito perjudicial para su desarrollo, teniendo acceso casi irrestricto a la droga, estando expuestos a adicciones, peligros y abusos.

Esta es la triste realidad que deberíamos intentar al menos cambiar entre todos, para que nuestros niños puedan desarrollarse de manera adecuada a su edad y aspirar a tener en un futuro oportunidades.

Dejo como interrogante para que podamos pensar: Los Derechos del Niño tantas veces proclamados ¿son para los niños de determinados sectores sociales? ¿Los chicos de clase social baja no tienen los mismos derechos?

Finalizando este artículo sugiero que miremos más a nuestro alrededor, y tratemos, desde el lugar que cada uno tiene en esta sociedad, de poner un granito de arena, para que todos los niños puedan ejercer sus derechos y así obtener la dignidad y el respeto que se merecen por parte de todos nosotros los adultos.

(*) Integrante de Dirigencia Joven - Pergamino