Los distintos casos de la bacteria estreptococo han encendido las alarmas en gran parte de la población y, como consecuencia a la paranoia generalizada, los hospitales se vieron atestados de gente haciendo consultas médicas. Sin embargo, en varias oportunidades los pacientes se encontraron con falta de personal y falta de insumos.

Eso mismo le sucedió a un vecino de Pergamino cuando fue a llevar a su hijo a la guardia del Hospital San José con un cuadro de angina con fiebre alta, síntomas similares a los que genera la bacteria que está circulando. Sin embargo, se llevó una sorpresa poco grata al enterarse que en el nosocomio no contaban con los insumos suficientes para tratar al niño.

Al mismo tiempo se encontró con que el personal estaba de paro en reclamo de mejor infraestructura hospitalaria y un aumento salarial acorde a la inflación. Acto seguido, los trabajadores le comunicaron que no cuentan con los elementos necesarios para realizar los hisopados que se requieren para los análisis correspondientes.

La historia, de todos modos, no termina allí, ya que tras esperar más de 45 minutos para que su hijo sea atendido, para contrarrestar la fiebre y la infección provocada por la angina, le dieron penicilina, pero que estaba vencida. Esta situación pone en evidencia no solamente la falta de control, sino además la decadencia del sistema de salud pública.

La negligencia tiene varios responsables, tanto en la provincia como en el municipio. El intendente Javier Martínez había designado como director del área a Raúl Pugno, quien es el nexo entre la comuna y el hospital, además de ser el encargado de supervisar los faltantes y revisar el stock de medicamentos en los centros de atención locales.

Lo extraño es que hace apenas dos meses, el ministro de Salud bonaerense, Andrés Scarsi, recorrió las instalaciones del hospital San José, junto al subsecretario de Atención de la Salud de las Personas, Leonardo Busso y el Jefe de Gabinete, Ignacio Grosso, quienes estaban acompañados de la directora del nosocomio, Cecilia de Marco y el propio Martínez.