Hay una frase que acuñó el ex presidente y ex gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde, que dice que en la actualidad “el peronismo es un hormiguero pateado" y que, tiempo después, lo replicó su mujer, Hilda Beatriz González. Eso mismo puede aplicarse a lo que hoy por hoy está sucediendo con una parte de la oposición en Pergamino.
Luego de las elecciones de 2017, que significó una derrota total para el justicialismo bonaerense, varios dirigentes se desorientaron en el camino y no supieron para qué lugar debían encarar mirando hacia adelante. Algo de eso sucedió con uno de los candidatos a concejales que llevó la lista local que encabezó Florencio Randazzo.
Quiero presentarte a Juan Pablo Ramos: estudiante universitario. Militante juvenil, responsable de la J. P. Evita de #Pergamino y 2º sección pic.twitter.com/uNkOqcGK4B
— Riky Ruggeri (@rikyruggeri) 24 de julio de 2017
Se trata de Juan Pablo Ramos, un dirigente local del Movimiento Evita, quien se encarga de administrar cerca de 300 planes que son bajados desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. En los últimos meses, se habrían reunido varias veces con Carolina Stanley, funcionaria de Cambiemos, para organizar una serie de negociados.
Dos años atrás formó parte de la lista Cumplir, sin embargo, junto a su padre Carlos Ramos, se estarían encargando de hacer un doble juego con la intención de buscar un lugar adonde caer a partir de diciembre de 2019. Olvidando su pasado, cuando acompañaron a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hoy están más cerca de cruzar de vereda.
El círculo del negociado se cierra al momento de tramitar esos 300 planes sociales que reciben algunos vecinos de Pergamino, de los cuales el ex candidato a concejal del randazzismo, les pediría una porción de lo que perciben a cambio, por el favor de haberle gestionado ese beneficio. De esta forma, Ramos se quedaría con alrededor de 400 pesos por cada uno, para recaudar y hacer política propia.