El motivo de la presente es poner en conocimiento sobre un hecho que estimo irrespetuoso para quienes concurren a un evento deportivo, abonando (tal es mi caso) o no, una entrada que puede considerarse importante.
En oportunidad de que el pergaminense Daniel Dorrego expuso su título ante un boxeador paraguayo, aprovechando nuestra estadía en Pergamino (ciudad que quiero profundamente) y, en razón de que mi esposo es fanático del box, decidimos concurrir ambos a disfrutar de lo que pensábamos sería un muy buen momento.
Lamentablemente, resultó todo lo contrario desde sus comienzos.
Al adquirir las localidades en un negocio de la calle San Nicolás Norte, no supieron darnos la menor información sobre el espectáculo. Llegamos al Gimnasio Municipal en un remise y al ingresar e intentar posicionarnos en nuestra ubicación en el ring side, nos encontramos que no existía persona alguna para guiarnos; este hecho fue salvado por un espectador que gentilmente nos auxilió al observar nuestro desconcierto.
Nos ubicamos y debido a la falta de vidrios, a puertas que no cierran y al intenso frío de la noche, se tornó imposible el permanecer siquiera hasta el comienzo de la primera pelea sin riesgo cuasi cierto para nuestra salud.
Observamos que numerosas personas soportaban y soportaron estoicamente las inclementes condiciones del lugar. No fue nuestro caso, ya que nos retiramos con alguna indignación hacia la ¿organización? y a la falta de autoridades municipales que controlen, constaten y corrijan la existencia de condiciones de mínimo respeto que merecemos quienes hemos abonado por un derecho.
Deseo y espero que estas líneas lleguen por algún fortuito o conocido medio para que sea tenido en cuenta en futuros espectáculos deportivos que organizare el SUTIV.
Similar carta intento cursar a las autoridades municipales que no han cumplido con su obligación de control, pero me resulta imposible al no obtener acceso al correo electrónico del Intendente municipal como estimo, debiera ser obligatorio, si bien tal vez no legalmente pero sí desde el punto de vista de obligación ciudadana.
Espero que en lo sucesivo se piense en el espectador, aquel que hace posible la realización de este tipo de espectáculos a través de su concurrencia y con el dinero que abona por un derecho, no sólo a actuar como sujeto pasivo cuasi inerte, sino como elemento humano exigente de recibir un trato caracterizado por el mínimo respeto.
Graciela Susana de Miguel
gsdemiguel@hotmail.com
DNI 5.895.719
Ciudad Autónoma de Buenos Aires