La oposición, en general, se ha dado cuenta de esto. Y busca que el kirchnerismo termine su mandato para pagar “los platos rotos”. Ellos saben que cualquier oposición fuerte puede hacer tambalear, y hasta caer, al Gobierno nacional, pero -al menos por ahora- no quieren “patear el tablero”.
La advertencia de Julio Cobos de que no renunciará a la vicepresidencia, se traduce en un claro mensaje a la presidenta Cristina Fernández: si se va, queda él. El mensaje no sólo fue recibido en
La debilidad del kirchnerismo también quedó en evidencia al tener que compartir parte del poder con Hugo Moyano: se trata del control de unos 900 millones de pesos anuales para las obras sociales y el aumento a los camioneros. Moyano sabe que puede perder el poder de
La postura de la oposición -una vez más- es expectante. ¿Por qué? El fracaso de la mesa de diálogo caerá sólo sobre los hombros K.
Si algo le faltaba al Gobierno, era borrar con el codo la única de sus políticas para el agro que había cosechado elogios entre las entidades ruralistas: la cuota Hilton, un cupo de 28.000 toneladas de carne que se exporta a Europa y vale US$ 308 millones anuales, fue repartida entre los amigos del poder, en otra demostración que nada cambió en el mundo kirchnerista.
¿Qué ocurre en
La tarea de Scioli no será sencilla. Tendrá que discutir la coparticipación aunque aprovechará el debilitamiento kirchnerista, que no puede darse “el lujo” de perder a su único aliado. Eso le da a Scioli un punto muy fuerte a favor pudiendo discutir recursos extras para que
El gobernador deberá implementar una estrategia rápida y eficaz en materia económica ayudado por el panorama antes descripto para que los intendentes le garanticen una cuota importante de poder, aquel que supo tener cuando ganó en
Francisco De Narváez es por ahora un tema mediático. Habrá que esperar hasta que muestre sus cartas, pero no podrá descuidarse: la mitad de los votos que lo llevaron a ganar la elección no fueron por “cosecha propia” sino que para castigar a Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Se avecinan momentos de cambio, fuertes y estratégicos, para que el país no caiga -lo sabe el poder central- en una pendiente, donde el final no es obviamente un lecho de rosas y la memoria de lo ocurrido en 2001 está fresca. Los candidatos presidenciales ya están actuando, y muchos visitan a Eduardo Duhalde (aunque éste solamente puede tocar el violín). Ya lo dice el refrán: “General que no maneja tropa no tiene poder”.
Hay un factor más que importante. Y es el terrible crecimiento de la pobreza, sostenido por un fuerte parate económico, lo que afecta con mayor intensidad a la pequeña y mediana empresa. Ni siquiera Santa Cruz, tierra del matrimonio presidencial, que recibe las mayores regalías petroleras, se salvó: necesita 2.042 millones de pesos para cubrir el rojo presupuestado para este año. L