El Poder Hoy

El peligroso juego de la extorsión K

Néstor Kirchner y su séquito de edecanes políticos que lo acompañan en sus aventuras bonaerenses parecen no reconocer límites.
Néstor Kirchner y su séquito de edecanes políticos que lo acompañan en sus aventuras bonaerenses parecen no reconocer límites.

LA PLATA, Septiembre 06.-Ya poco les importa la estabilidad política y económica de la principal provincia del país. Su prioridad es la de seguir siendo el poder en las sombras, como si nada hubiese pasado desde diciembre de 2007 -cuando Cristina asumió la presidencia- a la fecha. El problema es que, precisamente, ya corrió demasiado agua debajo del puente, aunque algunos funcionarios intenten tapar el sol con el dedo.

 

La estrategia K de presentarse como triunfadores, cuando el Gobierno tiene una imagen negativa en la sociedad que ya bate récords en los sondeos de opinión, es un hecho que sólo puede ser entendible en base a la lógica revanchista del kirchnerismo. Ya no se trata de construir un proyecto político, sino de evitar a toda costa que surjan alternativas superadoras, apostando al caos y aprovechando asimismo las falencias de una oposición que aparece desestructurada y anómica.

 

Este complejo escenario es el que permitió al ex presidente presionar hasta el límite de lo imaginable al gobernador Daniel Scioli para que se desprendiera del único ministro que tenía diálogo con la dirigencia rural. Y como si fuera poco, en su lugar puso a un intendente que, pese a ser del interior provincial, no tiene antecedentes conocidos respecto al desarrollo de políticas agropecuarias. Pero Ariel Franetovich, el nuevo titular de la cartera de Asuntos Agrarios, cumple con un requisito que es considerado clave en la Casa Rosada: ser un obsecuente de las estrategias políticas de los K, sin importar las consecuencias.

 

Kirchner está emprendiendo un juego peligroso que consiste en utilizar lo que queda de la caja del Estado nacional como mecanismo de extorsión política. La lógica es “yo te paso el dinero para pagar sueldos, pero vos no sacás los pies del plato”. Pero lo que es pan para hoy, puede ser hambre para mañana. Y más cuando se trata de un Gobierno nacional que tiene el boleto picado desde la derrota sufrida el 28-J.

 

Existen muchas dudas, además, sobre la disponibilidad de ayuda financiera que tiene el Gobierno nacional, que también está atravesando serios problemas fiscales. Las autoridades bonaerenses estarían solicitando a Nación la reprogramación de la deuda que tiene la Provincia (que incluiría algunos años de gracia para pagarla), siendo el Gobierno nacional su principal acreedor. Sólo en 2009, los desembolsos que deberá realizar la Provincia para cumplir con los vencimientos de capital e intereses ascendería a 4.900 millones de pesos, es decir, casi el doble de lo que necesita la administración bonaerense para poder pagar en tiempo y forma los sueldos hasta fin de año.

 

“Realmente dudamos que el Gobierno nacional pueda cumplir con este pedido, dado que la situación de sus arcas no es la mejor”, dijo a Hoy un legislador que participó en la reunión en la que el ministro de Economía, Alejandro Arlía, le expuso los lineamentos del presupuesto 2010 a diputados bonaerenses.

 

Otra medida que ensayaría el gobierno provincial, según pudo saber este diario, sería emitir una letra de tesorería con vencimiento a 60 o 90 días, para poder afrontar gastos corrientes, poniendo como garantía los fondos de coparticipación. “Sería una especie de patacón, pero de baja circulación”, agregó una fuente consultada por Hoy. Además, se avanzaría con la emisión de otro bono para pagarles a proveedores y se recurriría a los mercados de capitales internacionales, intentando colocar títulos de deuda. Esta última opción es de difícil concreción, debido a la crisis financiera internacional.

 

En ese complejo escenario, la oposición también está descolocada, puesto que no ha sabido posicionarse en la defensa de los intereses bonaerenses. Encerrados en sus propias internas, lo cierto es que los distintos sectores anti K no ofrecen una malla de contención sólida como para que el gobernador pueda plantarse ante las exigencias extorsivas del matrimonio presidencial. En definitiva, una crisis en la Provincia perjudicaría a todos los sectores políticos, prácticamente sin distinción.

 

Un gran interrogante pasa por saber qué hará Scioli, cuando se reactive el descontento popular. El Gobierno nacional tiene decidido insistir con el tarifazo a partir de octubre, lo que podría generar una oleada de protestas de familias de clase media y de sectores populares que tendría su epicentro en el Conurbano, donde existen las mayores desigualdades sociales del país.

 

Scioli aún no se atreve a tomar la decisión política de diferenciarse del kirchnerismo, pese a que su figura despierta desconfianza en la Casa Rosada, desde donde operan tratando de instalar la idea de que el mandatario provincial podría asumir su banca en el Congreso, versión que fue enfáticamente rechazada desde calle 6.

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