CAPITAL FEDERAL, Abril 11.-(Por Mario Wainfeld) Por ahí cambió el clima, por lo menos la sensación térmica es otra. La avanzada opositora del verano quedó enredada en su madeja de vanidades, competencias y fragmentación. El oficialismo recuperó oxígeno, hace agenda con la acción ejecutiva y empasta al Congreso.
La agenda de la semana que fue, una muestra pequeña pero ilustrativa, refleja la nueva tendencia. El hecho dominante fue extrapolítico, se exaltará al final de esta columna. La economía recobra ínfulas, el canje de deuda avanza,
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El parto de los montes: Se anunció con bombos, platillos y resonancia sacra. El obispo Jorge Casaretto urdía, cual orfebre, un documento escandalizándose por la pobreza y fustigando (diz que envuelto en guante de seda) al oficialismo. Hugo Biolcati, un reconocido filántropo, contribuía en la redacción y en la colección de adhesiones. Lo suscribiría, se entusiasmaban sus mentores y los medios opositores, una pléyade multicolor de corporaciones. Serían de la partida
El consenso se desmigajó, por todos lados. Las centrales obreras fueron las primeras, pero también hubo objeciones internas en
Desnudo como los hijos de la mar, el documento quedó en agua de borrajas. El parto de los montes, como es ley, volvió a ser un anuncio voluntarista.
Los promotores midieron mal las coyunturas política y económica. El crecimiento será importante, restallante en algunos pilares del “modelo” kirchnerista: las exportaciones agropecuarias y la industria automotriz. Las limitaciones chinas al ingreso de aceite de soja prenden un alerta, es costoso tener un socio tan poderoso. El Gobierno protegió actividades que serían barridas por las importaciones chinas. Es una decisión encomiable, pero las represalias en otros sectores seguramente serán agenda en el corto y mediano plazo.
Como fuera, es un año propicio y muchos empresarios no encuentran la gracia en chocar de frente con
La racionalidad instrumental debería llevar al empresariado a deponer su tirria. Sus históricas anteojeras ideológicas pueden desviarlos; en la contingencia se sofrenaron, desdibujando al documento.
La imaginaria adhesión de
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Recintos exasperados: El Frente para la Victoria (FPV) le pide tiempo al tiempo en el Congreso. Le resulta, por ahora. La táctica de retacear quórum deja huellas en el arco opositor: subraya sus debilidades y falta de proyecto colectivo.