El barrio Aeroclub creció exponencialmente en los últimos años y las obras no llegan. No hay agua corriente, ni cloacas, no tiene asfalto ni plazas y son los propios vecinos quienes le pagan horas extras a los policías para que patrullen.
Los reclamos ya llevan ocho años. El barrio que en un principio era solo de quintas de fin semana ahora se ha convertido en la vivienda permanente de más de 150 familias.
“Nuestro enojo viene por repetidas promesas incumplidas, no tenemos los servicios básicos, no tenemos agua, cloacas o asfalto. Desde el 2019 hay un expediente esperando aprobado por unanimidad en el Concejo para las obras", relató Teresita, vecina de la zona.
El intendente se ha acercado en más de una oportunidad y sin embargo no llegó ninguna solución.
“Ha charlado con algunos vecinos, tengo el rumor que nos dicen que somos un barrio de quejosos, que es lo único que hacemos y que vivimos en uno de los barrios más lindos de la ciudad, pero cuando llueve no se puede transitar”, acotó otro frentista.
“En ocho años no nos dan nada y vemos que a otros barrios los benefician por estar en época de elecciones", anexó.
Es por eso que una vez más alzaron la voz, pero hasta el momento sólo llegó un juego para una plaza que no existe: “lo pusieron al lado de la colectora y no hay ninguna medida de seguridad”.