Pese a que la sesión del Senado, que se realizará el próximo viernes, será la principal batalla, difícilmente la guerra entre ambos bandos finalice con ese acontecimiento. Habrá nuevos enfrentamientos, que seguramente terminarán dirimiéndose en
La nueva norma tiene varios puntos positivos al plantear una desmonopolización del manejo de la información y una revalorización de las empresas periodísticas regionales. Pero también existen dudas acerca de cómo será la relación de la administración K con los medios de comunicación, una vez que los senadores nacionales levanten la mano.
Ocurre que en los últimos años, el Gobierno ha gastado cifras multimillonarias para beneficiar a grupos cercanos al poder, que por lo general editan publicaciones de escaso tiraje o tienen emisoras con poco audiencia, que no tienen empacho en ver a Kirchner como “un estadista alto, rubio y de ojos celestes”.
Existen sobradas muestras de que durante la administración K siempre se utilizó la pauta oficial como un mecanismo de disciplinamiento contra aquellos medios independientes que criticaron el accionar gubernamental, o sacaron a la luz casos de corrupción.
Además, existen indicios de de que el kirchnerismo podría intentar manipular el nuevo marco normativo para conformar nuevos monopolios, pero de tinte oficialista. En ese sentido, la nueva norma tiene importantes baches.
Cambios políticos
Por otra parte, a partir de la sanción del nuevo marco normativo mediático, se conformaría un nuevo escenario político. Llamó mucho la atención el silencio de Francisco De Narváez en las últimas semanas respecto a la ley de Medios.
Luego de haber sido un fuerte detractor de las políticas K, que lo llevaron a ganar las elecciones legislativas en la Provincia, el Colorado ahora ha optado por mantenerse al margen en la pelea entre el Grupo Clarín y el Gobierno. Y no son pocos los que ven que detrás de esta situación habría algún tipo de acuerdo político, que hasta podría profundizarse con el tiempo.
Sabido es que De Narváez sueña con ser el gobernador de la Provincia en 2011, y el kirchnerismo ortodoxo no ha visto con buenos ojos la estrategia reeleccionista que ha emprendido Scioli, que presentaría su candidatura a gobernador en los primeros días de noviembre. Los operadores de la quinta de Olivos habían imaginado otro destino a Scioli, haciéndolo asumir su banca a la que fue electo en las elecciones legislativas. En ese escenario, ¿es probable un acuerdo entre Kirchner y De Narváez? En la dinámica política bonaerense todo es posible. Y más cuando el propio Colorado salió a diferenciarse aún más de Eduardo Duhalde al afirmar, el viernes último, que se identifica con un “peronismo que aún no existe”. Fue un tiró por elevación al ex presidente, que viene operando para quedarse con la conducción del Partido Justicialista, que por ahora sigue siendo manejado por Kirchner a través de Scioli.
El Colorado tiene charlas constantes con muchos jefes comunales que acompañaron a los Kirchner en las últimas elecciones, y que siguen manteniendo línea directa con
El mandatario provincial tendrá un fin de año muy difícil. La desesperada movida que hicieron en