Dramática situación

La inundación en primera persona

Alejandra Hernández.
Alejandra Hernández.
Severos daños.
Severos daños.

El drama de la inundación aún golpea las vidas de Alejandra Hernández y su hija en barrio Centenario. El día a día nunca más volvió a ser el mismo desde diciembre. Después de haber perdido todo por el agua, comenzó la batalla por recuperar la que fue su casa hasta que el arroyo desbordó.

Ya han pasado casi nueve meses y aún se siente el olor a humedad al ingresar, los muebles ya no están y las paredes no son las mimas: los hongos fueron ganando espacio y la reconstrucción del hogar se tornó casi imposible.

“Es algo que la gente por ahí lo toma en relación a lo material y es más profundo que eso, uno expone la salud, los sentimientos, con mi hija somos alérgicas, los ambientes no secan y por más de que una ponga voluntad no se puede, no podemos vivir en un lugar así”, comenzó el relato Alejandra en su cocina, a la que solo le quedó la mesada.

“Hay que picar y desinfectar muy bien, hay hongos que son muy tóxicos y producen un daño neurológico irreversible y hasta la muerte, hoy por hoy es cuestión de vida o muerte, es nuestra salud”, advirtió.

Los síntomas se hicieron presentes en su hija provocando así el dolor mayor. En ese sentido, precisó: “tengo que dejar mi casa, mi hija tuvo procesos infecciosos, picos de fiebre, erupciones en la piel, sangrados, dolores de oídos, dolores de cabezas, las dos somos asmáticas y no podemos respirar”.

“Nadie se acercó, todo lo solvento yo, los arreglos, todo lo que tiene que ver con los análisis, la infectóloga no atiende por mutual, pero por lo menos sabemos cuál es la causa”, prosiguió.

Cabe consignar que en su casa no solo no quedaron los muebles, sino que tampoco sirvieron las puertas y tuvo que quitar todos los revestimientos.

Para Alejandra esta no era solo su vivienda, sino también su lugar de trabajo, el agua rompió las máquinas y donde tenía su centro de estética está la mayor parte de los hongos, el riesgo que significan hizo que tenga que tapiar y dejar ese cuarto aislado.

“Hice los espacios para trabajar acá, venía de una descompensación de salud y no tenía que generar estrés, era un emprendimiento nuevo, pero perdí todo, el lugar tiene que estar clausurado hasta que pueda sacar los revestimientos, tiene que venir un especialista para que desinfecte”, relató.

Además, reveló: “Sufro descompensaciones desde que volví a la casa, pero tomé conciencia cuando vi lo que le pasaba a ella, en un principio pensé que era solo yo por tener defensas bajas por mis patologías de base, no sabía que podía ser tan dañino”.

Su médico de cabecera fue quien le advirtió lo que podía llegar a ser el principal problema: “Veníamos con tratamientos para infecciones, híper-medicadas con corticoides, teníamos recaídas, consulté y tomé la determinación de mudarme”.

Alejandra necesita poder recuperar su casa, la limpieza requiere de un trabajo de fuerza que ella no puede realizar y la de especialistas para tratar las paredes. Al respecto consignó: “ya he quemado mis manos, no tengo resistencia física, tengo que pagar para que se lleven los escombros que están contaminados por los hongos, eso nos provocó la toxicidad, las microtoxinas, es una cándida y nos provoca las infecciones”.

Desde diciembre nada volvió a ser igual, los gastos en la salud y en la vivienda significaron un problema para ella, los aparatos que significaban su ingreso dejaron de funcionar y no consigue en Pergamino alguien sepa arreglar su mio-estimulador y la cabina de ozono. Alejandra necesita ayuda para que su vida vuelva a tomar el ritmo habitual.

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