A 21 años de su fallecimiento.
A 21
años de su desaparición física, el compañero Germán Abdala sigue vivo en la
militancia popular de los miles de trabajadores del Estado. Con apenas 38 años
Germán dejó este mundo material para pasar al plano del pensamiento y erguirse
como figura emblemática para nuestra Organización, como así también para otros
movimientos populares. La coherencia entre la acción y la palabra en la lucha
política y gremial, lo referenció como dirigente gremial y político.
Su
trabajo está presente hasta el día de hoy, y es que en su gestión como Diputado
Nacional se posicionó desde el “Grupo de los 8” como grupo antagónico al poder
en ascenso del menemismo durante la década del ´90. Durante este período
consiguió que se apruebe el Convenio Colectivo de Trabajo para los trabajadores
estatales, conocido como “Ley Abdala”.
El
pensamiento de Germán era promover la organización del trabajador y del pueblo,
porque entendía que la lucha contra el sistema neoliberal es una lucha de
opuestos, donde las relaciones de fuerza se juegan en el plano concreto de las
instituciones sindicales y políticas; la pelea por un Estado más justo para los trabajadores.
Su
coraje, su lucha, sus ideales siguen
vigentes en ATE y CTA de manera inquebrantable; en cada uno de los compañeros
que viven y respiran las mismas aspiraciones que un día movilizaron a Germán a
iniciar el camino hacia la conquista del espacio para la clase obrera.
Él
se opuso a la reforma del Estado, un eufemismo de moda en esos años para el
ajuste, y rechazó la entrega del patrimonio nacional travestida de
privatizaciones”.
Dijo
Germán “Lo más dramático que tiene la privatización de las empresas públicas es
lo que el país deja de hacer, porque vamos a empezar a tener servicios caros
para pocos, se va desintegrar el país, y la prueba de ello está en el caso de
los ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas y ENTEL. Bajo un falso concepto que
era traer el capital privado para que hiciera inversiones de riesgo, en
realidad, lo que se está demostrando es que lo único que vienen son papeles de
deuda externa desvalorizados”, la frase, de total actualidad en el debate, la
pronunció en un discurso parlamentario allá por 1990.
Su
oposición más cerrada se centró en las privatizaciones de Aerolíneas y de YPF.
“Si no manejamos los combustibles, si no manejamos la integración regional a
través de los transportes, si no garantizamos todas estas cosas, no con un
criterio de rentabilidad, si no con un criterio de construcción social y
desarrollo económico se desarticula y desgarra el país”, pronosticaba entonces.
Germán
sostuvo: el Estado tiene que ser más fiscalizador, programar más, dirigir más e
incidir más en áreas que son clave en la economía. Necesitamos un Estado que
resuelva estos problemas, ellos los llamarán ‘benéfico’, nosotros lo llamaremos
un Estado con rol social, un Estado popular, un Estado al servicio de las
mayorías”, fue su respuesta.
Germán
Abdala, "el último estatista", cerró sus ojos el 13 de julio de 1993,
descansa en el mar de Santa Teresita, con sus convicciones.
“Si,
estoy convencido que un día el pueblo va a triunfar, estoy convencido de que
nací para ser un militante de ese pueblo, y estoy convencido de que, en
términos históricos, ese día llevaremos las banderas que hoy llevamos…porque el
final del camino es nuestro”.
"Los
poderosos no necesitan de la política porque ya tienen el poder, ya sea a
través del dinero, de las armas o de las corporaciones. El pueblo sí necesita
la política, porque es la única manera que tiene para construir poder y cambiar
las cosas".
ATE – Seccional Pergamino