La planta depuradora de líquidos cloacales dejó de funcionar después de la inundación del 26 de diciembre. El lugar no estuvo ajeno a la realidad y también sufrió la crecida del agua, lo que provocó defectos en varios motores, los cuales quedaron inutilizables.

El hecho de que esto no funcione genera un foco de contaminación, los residuos se deben descargar para ser depurados y bajar la contaminación química y biológica.

Al no funcionar la planta, lo que viene de las cloacas se deposita directamente en el arroyo de la ciudad, uno de los puntos de encuentro de grandes y chicos e incluso lugar de pesca para muchos.

En el 2016, las tasas de servicio sanitario aumentaron un 36,5 % y en enero del 2017 la suba fue del 30 % para un servicio que dejó de funcionar hace meses.

La denuncia en el Concejo Deliberante fue hecha por el concejal Diego Brigati (Frente para la Victoria),  quien sostuvo que “el intendente tenía para gastar 4,6 millones de pesos en la planta y desafectó el dinero, es inoperante en su trabajo”.