“Lo primero es la familia” reza un viejo dicho del que se agarró firmemente Javier Martínez para realizar algunas maniobras de acomodo dentro de la estructura del municipio de Pergamino. Allí no solamente benefició con un extraño ascenso a su prima, sino que además, realizó unas obras como prioridad en la misma cuadra en la que ella vive.
Los beneficios de ser allegado al intendente se traducen en algunas recompensas, y es por eso que María del Luján Martínez obtuvo el pase a planta permanente en la comuna, sin tener una carrera que así lo amerite. Estos procedimientos provocaron el mal estar de decenas de empleados que están bajo el régimen de contratados y todavía no han podido gozar de ese respaldo.
Mateada con los vecinos festejando el nuevo asfalto #jilguero #pergamino #noparamos pic.twitter.com/TXHz1HHug1
— Javier Martinez (@JMartinezPerga) 3 de marzo de 2018
A principios de 2016 fue el último gran pase, luego de un acuerdo sellado entre el ejecutivo local y los sindicatos. Lo que llama la atención es que, entre julio y agosto del mismo año, el propio Martínez fue en contra lo que dicta el municipio, ya que establece que un pase a planta permanente debe darse a un trabajador con un mínimo de un año en funciones.
Como si fuera poco, María del Lujan también excede en edad a los que pueden acceder a ese ascenso según dicta la ley, ya que tiene 58 años y los que pueden hacerlo no deben superar los 50. De todos modos, el intendente hizo oídos sordos y la benefició con un cambio de sector, ya que antes estaba en el área de salud, como una ñoqui y ahora está realizando tareas de limpieza.
Como si todo fuera poca ayuda para su prima, el jefe comunal de Pergamino le dio otra mano para seguir afianzando los lazos familiares y la “premió” con pavimentar una de las primeras calles de la ciudad, justamente en la cuadra donde ella misma vive, sobre la calle Jilguero en el Barrio Illia. Además, esas obras, fueron acompañadas del “regalo” de la colocación del cordón cuneta.
Mientras tanto, una gran cantidad de trabajadores que hace varios años se desempeñan en el municipio están esperando que Martínez les otorgue el tan ansiado pase a planta permanente y otros tantos vecinos permanecen con ansias de que se decidan las obras de pavimentación y arreglo de veredas en sus casas. Pero claro, no son familiares del intendente.