Familiares de Miguel, el joven asesinado en una fiesta de 15, se acercaron a la Municipalidad para solicitarle al intendente que efectué la demolición de la iglesia de las fiestas clandestinas.
“En la iglesia hacen fiestas clandestinas, cumpleaños de 15, guardan cosas robadas, hacen desastres ahí. Podrían hacer algo útil, una canchita para los chicos”, explicaban a través de un megáfono.
A poco de cumplirse un mes del fallecimiento de Miguel, remarcaron el peligro que significa ese espacio.
“Es una iglesia abandonada, cuando hablé con el padre de la Iglesia Merced me dijo que estaba a cargo de la San Cayetano y que sólo hacían velorios, pero a ellos no les interesa, al intendente tampoco, sólo cobran un sueldo”, detalló la madre de Miguel.
El recorrido continuó por la fiscalía donde una vez más pidieron el cambio de carátula: “Ese chico en dos años está afuera tomando mate en la vereda con una pulsera, a mi hijo no me lo devuelven más, que pague lo que hizo, matar a una persona vale seis años”.