La última inundación sufrida el 30 de enero llevó a la COSOPPER a emitir un comunicado dejando a la luz la “profunda preocupación por la situación que atraviesa la ciudad ante lluvias”.

Si bien la caída de agua en la última inundación llegó a los casi 170 milímetros en dos horas, desde la organización hicieron pública una vez más su “preocupación” ante un estado que según ellos deja “vulnerable a la ciudad”

Uno de los puntos es “la falta de un sistema de desagües apropiado para garantizar el escurrimiento provocó que el aporte de las cuencas rurales norte y sur, combinado con la lluvia caída en el casco urbano” generando así el desborde y el anegamientos de calles.

Quienes integran la COSOPPER adjudican que el arroyo no salió de su cauce debido a que los milímetros caídos agua arriba “no fueron gravitante”. El problema se radica en la demora de la ejecución del “Proyecto Oficial de Obras de Defensa y Desagües Pluviales de la Ciudad de Pergamino”.

En el mismo figura “la ejecución de la presa reguladora” que aun continua en los plazos de licitación y la construcción de la” Red de Desagües Pluviales de la Ciudad” que informan se realizó en un bajo porcentaje.

Por eso el pedido pasa por informar a la sociedad el estado real de las obras y los riegos posibles en el caso de abundante caída de agua y a su vez invitan a la población a “no abandonar la lucha y a continuar con el reclamo de las obras prometidas”.