Tantos frentes de tormenta simultáneos aventuran para el gobernador Daniel Scioli el trimestre más penumbroso tal vez desde que asumió. Gran parte de quienes ya intuyen la historia acercan la figura del mandatario a la del entonces Carlos Ruckauf, mentor del patacón y de los pagos desdoblados de haberes. Hoy en día la aspiración máxima, con este contexto económico, será la de mantener un estado de normalidad que pretenden los bonaerenses.
Por lo pronto, el oficialismo no oculta aunque no da la venia a la oposición respecto de la gravedad de los estados contables. No obstante, depara exclusivamente para el gobernador adoptar una decisión y ejecutar la solución menos pretendida, pero sin mayores opciones, como es el endeudamiento por aproximadamente 2500 millones para el pago de sueldos.
El endeudamiento también posee una traba legal como es la adhesión provincial a la ley de responsabilidad fiscal. En esta cuestión el gobierno bonaerense está haciendo frente común con otros estados provinciales. Operativa y concretamente es un despegue que, para esta altura, ya no importa cuando la desesperación llama a la puerta.
El tema salarial es una preocupación, pero lo será más cuando los gremios estatales anuncien planes de lucha que, por el momento, siguen en estado deliberativo. Los docentes aceleran pedidos de paritarias para discutir exclusivamente sobre el poder adquisitivo de sus sueldos, mientras que desde la administración Scioli respondieron que ese tema tiene las compuertas cerradas al debate en lo que resta del año.
La salud en quiebra
La cuestión de la salud, a partir del conflicto de la cobertura de IOMA para la atención médica en la capital bonaerense, era tal vez lo más parecido a una convocatoria de acreedores con posibilidad de quiebra. El famoso convenio con
Cuentan las versiones que las últimas reuniones entre el gobierno y esa institución fueron lo más parecido a un tironeo que a un escenario diplomático. Desde el IOMA, a cargo de Javier Mouriño, se trata de no ceder ante las presiones. Los médicos quieren un 15 por ciento del incremento en las prestaciones, pero desde el estado se puso coto a las presiones y a través de la jefatura de Gabinete se puso el techo en un cinco por ciento.
Según trascendió, los profesionales asociados en esta entidad pidieron que esa diferencia de diez puntos la financien los bonaerenses. Puede ser mediante la compra de bonos que ahora son gratuitos o el incremento del valor de otras prestaciones. Por ahora el gobierno no quiere cruzar esos límites. Según con quien se hable hay diálogo. Las últimas horas tenían a una administración fuerte en lo político, poniendo fin a la discusión y abriendo un registro de prestadores. La agremiación hizo también gala de cierto encono o insatisfacción, pero sorpresivamente trasciende que están abiertas la vías de diálogo. Por el momento, en la primera semana de septiembre
En el terreno de lo anecdótico llamó la atención el desconocimiento de Mouriño respecto del soporte gremial hacia la salud. De no ser así no hubiera pasado el papelón que le ocurrió en una última reunión con varios gremios estatales a los que les pidió mayor contención a través del servicio de consultorios externos. <