Luego de lo que la fallida y caliente sesión del Honorable Concejo Deliberante de nuestra ciudad, los ediles oficialistas le dieron la espalda a los gremios docentes y apoyan con firmeza la decisión del cierre de los bachilleratos de adultos, como lo promueven desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
La drástica postura que dejaría a muchos adultos sin la posibilidad de terminar sus estudios, sin la chance de encarar un sueño o cerrar una etapa para comenzar otra e insertarse en el ámbito universitario, hace ruido pero deja al desnudo el porqué de tal decisión.
Aquellos que dan la negativa de que continúen los bachilleratos de adultos, son concejales que están un peldaño más arriba que la clase alta. En ese caso, podemos mencionar a Carlos Elizalde, quien se desempeña como empresario textil y es un hombre que responde a Héctor “Cachi” Gutiérrez, ex intendente de Pergamino.
Además, aparece Emanuel Linares, perteneciente a una familia de la élite, hijo de escribanos. El edil de Cambiemos tuvo un debut en el recinto con repudio de los presentes al grito de “mentiroso y caradura”. También, está su colega Matías Villeta, miembro de una familia sojera más oligarca Macri.
Otro de los que se mostraron en contra de los estudios de adultos fue Walter Baccarini, hijo del empresario titular de un transporte escolar, que obedece a Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors y Andrea Bosco, diputada provincial por la Segunda Sección.
Por último, otra integrante del Concejo que le bajo el pulgar a la educación en adultos, fue Paula Bustos, hija de médicos y esposa de Lucas Marino Aguirre, dueño de una flota de ambulancias, y secretario de Modernización y Planificación del municipio local.
Todos ellos, cada uno de los concejales fueron elegidos por el pueblo, y ante tamaña discusión, se dan vuelta, le dan la espalda, se ríen de todos los que confiaron en ellos y le dan un “cachetazo” al vecino.